Sociedad Vasco-Navarra
de Patología Digestiva

Información general

Autores

Elizalde Apestegui I. (Servicio de Aparato Digestivo. Complejo Hospitalario de Navarra. Pamplona, Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdISNA). Pamplona.), Saldaña Dueñas C (Servicio de Aparato Digestivo. Complejo Hospitalario de Navarra. Pamplona), Prieto Martínez C (Servicio de Aparato Digestivo. Complejo Hospitalario de Navarra. Pamplona, Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdISNA). Pamplona.), Martínez Echeverria A. (Servicio de Aparato Digestivo. Complejo Hospitalario de Navarra. Pamplona, Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdISNA). Pamplona.), Goñi Esarte S. (Servicio de Aparato Digestivo. Complejo Hospitalario de Navarra. Pamplona), Elosua González A. (Servicio de Aparato Digestivo. Complejo Hospitalario de Navarra. Pamplona) , Iriarte Rodriguez A. (Servicio de Aparato Digestivo. Complejo Hospitalario de Navarra. Pamplona), Sangro Gómez-Acebo B. (Clínica Universidad de Navarra. Pamplona.,Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdISNA). Pamplona.), Zozaya Urmeneta JM. (Servicio de Aparato Digestivo. Complejo Hospitalario de Navarra. Pamplona,Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdISNA). Pamplona.)

Introducción

El carcinoma hepatocelular (CHC) es una neoplasia muy frecuente que asienta en un 80-90  % de los casos sobre una cirrosis hepática.  La función hepática influye en la aplicabilidad de sus tratamientos y en su pronóstico. El grado ALBI es una medida de función/disfunción hepática, obtenido a partir de la albúmina y la bilirrubina, que podría influir independientemente en la supervivencia de los pacientes con CHC, describiéndose tres categorías (ALBI 1, 2 y 3) con diferente pronóstico. Nuestro objetivo es valorar la capacidad pronóstica de este sistema en nuestro medio.

Material

Hemos estudiado 111 pacientes diagnosticados de CHC entre enero de 2009 y enero de 2015, excluyendo específicamente 3 pacientes por haber recibido tratamiento mediante trasplante (ya que el procedimiento invalida la disfunción hepática subyacente) y 6 pacientes por falta de datos que impidió calcular su grado ALBI. En los 102 pacientes finalmente incluidos,  hemos analizado la supervivencia específica por CHC según su grado ALBI y la influencia del mismo en la supervivencia mediante análisis univariante y multivariante.

Resultados

41 pacientes (40,1%) tenían un grado ALBI 1, 52 pacientes (50,9%) un grado 2 y 9 pacientes (8,8 %) un grado 3. La mediana de supervivencia específica en los pacientes con grado ALBI 1 no fue alcanzada,  en los pacientes con grado ALBI 2 fue de 24 meses y en los pacientes con grado ALBI 3 de 4 meses (p < 0,05).  El análisis univariante registró diferencias significativas para el grado ALBI (p = 0,008): 1 (referencia), 2 [HR=1,92; IC 95 % (1,015-3,648); p = 0,045] y 3 [HR=5,00; IC 95 % (1,747- 14,347); p = 0,003]. En el análisis multivariante mantuvo su significación estadística (p = 0,025): 1 (referencia), 2 [HR=1,65; IC 95 % (0,843-3,246);p =0,143] y 3 [HR=4,8; IC 95 % (1,542- 15,385); p =0,007].

Conclusiones

En nuestra serie, el grado ALBI ha confirmado su capacidad pronóstica en la supervivencia específica por hepatocarcinoma.

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